La dislalia es la dificultad permanente o transitoria para la pronunciación correcta de determinados sonidos o grupos de sonidos. La palabra dislalia viene del griego «dys», que significa «dificultad»; y «lalein» que quiere decir «hablar».
A pesar de que el uso del término dislalia ha sido desplazado en el tiempo, tradicionalmente se mantiene para referirse a aquellas dificultades que ocurren de forma aislada a nivel de algunos segmentos silábicos y de carácter fonético, considerando así mismo los hitos evolutivos, propios del desarrollo fonológico (Aguilar y Serra, 2007). Actualmente, estas alteraciones se engloban dentro del llamado trastorno de los sonidos del habla (TSH) o fonológico (American Psychiatric Association, 2013). Por lo tanto podemos oír hablar de Trastorno Fonológico o Dislalia.
La persona con dificultades de habla tiende a la sustitución u omisión de determinados sonidos del habla. Si la sustitución no está relacionadas con un déficit anatómico como una fisura palatina, o una malformación máxilo-dental o una deficiencia auditiva, se trata de una dislalia.
Las dificultades de dicción se pueden mejorar en cualquier edad.